Comisión de Autoevaluación Institucional del ISET N° 18
Entrevista realizada para Rosarioeduca.com.ar a la Lic. Silvana Calvo, coordinadora de la Comisión de Autoevaluación Institucional del ISET Nº 18.
Por Fabio Montero
“La Comisión más que nunca deja en claro lo importante y valioso de este procesos de autoevaluación para el fortalecimiento de la Institución”.
En junio de 2003 el ISET Nº 18 se embarcó en un ambicioso proceso de evaluación institucional, es decir “aquella evaluación que no se dirige a estudiantes ni a docentes, investigadores y funcionarios, sino a las instituciones consideradas en toda su complejidad organizacional y multifuncional, con respecto a la sociedad y a los sistemas educativos”, para de esta manera, identificar demandas esperadas, obstáculos a superar y metas a alcanzar. Desde la Dirección de la institución, a cargo del Esp. Lic. Ricardo Rambaudi, se decidió llevar adelante una política completamente innovadora, como era en ese momento los procesos de autoevaluación institucional, los cuales recién irrumpían en el escenario educativo nacional.
Como primer paso de este proceso, la Dirección invitó a participar a todos los docentes de las seis carreras que se dictan en el ISET 18 y al personal administrativo de la institución, además, convocó a dos profesionales externas que estaban trabajando en la evaluación de la Universidad Nacional de Rosario. De esa manera, se conforma la Comisión, que a partir de una reunión semanal, tiene como objetivo estudiar y analizar a la institución como un todo.
En la actualidad, la Comisión de Autoevaluación Institucional del ISET 18 está dirigida por el Esp. Lic. Ricardo Rambaudi, coordinada por la Lic. Silvana Calvo e integrada, además, por la Arq. Claire Fouine, el Prof. Fabio Montero, la Prof. Amine Habichayn y por la periodista Alejandra Ojeda.
¿Qué modelo de evaluación aplica la comisión en el ISET 18?
La elección de un modelo u otro de evaluación no es una tarea fácil dado que supone adoptar una serie de decisiones metodológicas. Decisiones en las que intervienen múltiples factores como las concepciones ideológicas, filosóficas, la forma de captar e interpretar los hechos sociales, pero sobre todo, como dice Fernández Sierra “la naturaleza del objeto de estudio y los objetivos que la evaluación se proponga”.
Para llevarlo adelante, adoptamos la concepción de evaluación institucional propuesta por el Prof. Días Sobrino, que la caracteriza como: global, donde el campo de la evaluación es la institución considerada integralmente; permanente, porque debe integrarse como cultura a las estructuras de la institución; operativa y estructurante, desde el momento que está orientada hacia el conocimiento, pero también hacia la toma de decisiones y la transformación de la realidad; formativa, en el que el sentido principal del proceso y de los resultados debe ser lo educativo o formativo; participativa y negociada, la evaluación debe ser un proceso que se va construyendo a través de la participación activa de todos los sujetos que en él se involucran; legítima, tanto política como técnica; voluntaria, porque no puede ser impuesta y por último debe ser adaptada a cada institución.
¿Cómo ponen en práctica estas definiciones desde la comisión que encabezas?
No es tarea fácil responder a todos los lineamientos descriptos, por lo que fue fundamental comenzar con un fuerte compromiso y voluntad de las autoridades de la institución y un apoyo y participación efectiva de sus integrantes. Es por eso que a los mismos los consideramos personas implicadas, es decir, “sujetos activos en el desarrollo y vida de la institución, y no meros “objeto de estudio”, reconociendo el pluralismo de valores e intereses diferentes.
Partimos del principio de que el diseño o modelo de evaluación debe ser emergente, flexible, incompleto, abierto a la evolución y al cambio según los requieran las circunstancias y el desarrollo de la evaluación. Es por ello, que tanto los métodos aplicados, como la información que en el mismo se genera es abierta, se discute y se reelabora entre los miembros de la comisión de evaluación y se pone a disposición de los interesados.
¿Cuáles son los objetivos que se proponen alcanzar?
Tenemos objetivos generales y específicos que tratamos de alcanzar desde la comisión de autoevaluación, entre ellos, los de instaurar el concepto de evaluación al interior de la institución para conocer la realidad institucional y sus actores. Por otra parte, apuntamos a utilizar los resultados de la evaluación como insumos de futuras políticas a implementar, consensuando con los miembros del instituto las dimensiones, subdimensiones e indicadores que van a ser evaluados. Por último diseñamos y elaboramos los instrumentos necesarios para la evaluación.
¿Con qué método trabaja la comisión?
Para llevar adelante esta tarea se optó por una metodología que combina y complementa atributos de las perspectivas cuantitativas y cualitativas, que permite una mejor evaluación de los hechos sociales, respetando la especificidad institucional y el contexto en el cual está inmersa la institución.
Desde el inicio la comisión se propuso evaluar las dimensiones vinculadas con la organización y funcionamiento de la institución, como el proceso educativo, los órganos de gobierno y la administración. En relación a los alumnos, apuntamos a conocer su procedencia, antecedentes académicos, elección de la carrera, hábitos de estudio, etc. En lo referido al cuerpo docente, indagamos sobre su formación permanente, sus actividades científicas y académicas y la relación entre las cátedras, entre otros tópicos. Por último, profundizamos sobre la infraestructura edilicia y los recursos económicos y materiales del ISET18.
Esta tarea la desarrollamos a partir de cuestionarios a docentes y alumnos. Por ejemplo, con los ingresantes se viene aplicando desde el año 2004 un cuestionario de manera ininterrumpida. Además, realizamos entrevistas a jefes de sección, personal administrativo, etc.
En relación a los alumnos ¿Qué se proponen conocer a través de estos cuestionarios?
A través de los diferentes cuestionarios se fue analizando al actor principal de la institución como es el alumno, por lo que se hizo imperioso precisar el perfil académico, social y personal que lo caracteriza como así también el tipo de vínculo que crea con la institución, conocer además su historial académico, su conocimiento sobre las nuevas tecnologías y su compromiso y permanencia en la carrera elegida. Esto nos ayuda a conocer el perfil del ingresante, es decir quiénes son los que transitan por la institución, que demandas e inquietudes poseen, para luego poder analizar el problema de la deserción, clave en la educación superior argentina.
¿Cuáles son las expectativas que se plantean a futuro?
A partir de la información generada en el marco del proceso de evaluación institucional, el trabajo de la Comisión espera superar la simple recolección de datos para profundizar en el conocimiento de sus actores y de sus funciones, con el fin de lograr una mejora en el desarrollo de las actividades y políticas, generando al mismo tiempo, un buen desarrollo académico y una muy buena comunicación y relación con la comunidad a través de las actividades de extensión.
De esa manera, conjuntamente con las actividades de docencia, investigación y extensión pretendemos cumplir con las tres funciones fundamentales que se le otorgan a la educación superior, además de la gestión que acompaña a las otras para que se desarrollen adecuadamente.
Luego de transitado siete años junto al concepto de evaluación y de haber desarrollado varios proyectos y actividades, la Comisión más que nunca deja en claro lo importante y valioso de este procesos de autoevaluación para el fortalecimiento de la Institución.